…destripar muros, creer en superhéroes, treparse a los árboles, morirse de risa.
Archivos Mensuales: enero 2008
Apocalipsis mental
«De la lástima al desprecio te puedes ir a pie»… opina Violetta, personaje de la novela Diablo Guardián, de Xavier Velasco, con la que ganó el premio Alfaguara de novela en 2003.
Una verdad innegable, de matiz doloroso. Sobre todo cuando la lástima se siente por quien en algún momento inspiró cariño o respeto.
La caída en picada, la decadencia paulatina de un individuo se da por motivos inverosímiles… sólo cada alma sabe qué guarda en sus cajones más escondidos.
Conozco un par de personajes que han salido del agujero, han respirado el aire fresco de la vida sea cual fuere la naturaleza de ésta e irremediablemente volvieron a entrar al hoyo por propia voluntad. Cayendo esta vez sin querer encontrar el final, porque se vive mejor en el trayecto, así sea en un hoyo negro.
De la lástima al olvido… también se puede ir caminando, aunque éste sea un recorrido más largo y sinuoso.
El mordisco de la magdalena
La memoria tiene tantos recursos para hacerse presente… a veces basta un sabor, un perfume. Y cae como avalancha sobre la mente, llenándo de sensaciones, de olvidados momentos sin tiempo, imágenes no editadasy frases hasta inventadas, tanto agradables como sobrecogedores para la psique. ¿Hasta cuándo se esconden los recuerdos intocables en años, que con un toque impensable se aparecen tan frescos e inocentes? ¿Qué tan fieles vuelven?
Aquel Proust tan evocador, buscando lo imperdible, con las que si quedaron como inolvidables para la posteridad: sus magdalenas.
«… Me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba….»
Marcel Proust
En busca del tiempo perdido
La indulgencia de la plasticidad cerebral
Entre tantos misterios del cerebro… la plasticidad cerebral es uno de los más impresionantes y maravillosos. Es la manera en que las redes neuronales se reorganizan, compensando la muerte de neuronas, entre otras causas, por lesiones.
Se ha planteado la idea de que la plasticidad cerebral cura mejor los recuerdos tristes que una sesión de alcohol… y de manera más natural que los fármacos recientemente probados llamados betabloqueantes, que se dice, evitan incluso la formación de recuerdos.
La maravilla de la plasticidad cerebral permite que aquellos recuerdos que dañan, al paso del tiempo cambien su tonalidad obscura por algo un poco más luminoso.
Es la manera por la cual el cerebro redime como una especie de consuelo, pues al paso del tiempo, lo doloroso, lo triste, es poco a poco refinado, limado, hasta convertirse en un recuerdo que daña cada vez un poco menos.
Quizá sea la plasticidad cerebral el medio por el que el cuerpo pone un curita en las heridas del alma.
La resiliencia, una capacidad de sobrevivir
Los materiales tienen una capacidad máxima para absorber energía, antes de sufrir deformaciones, esta propiedad se llama resiliencia. Análogamente se ha utilizado el término para describir la capacidad de una persona de sobrevivir a situaciones traumáticas, resultado de condiciones de vida extremas.
Este concepto lo describió Boris Cyrulnik, neurólogo y psiquiatra, quien vivió el trauma de la muerte de sus padres en un campo de concentración nazi. Naufragando en distintos hogares, ante desprecio y desesperanza, Boris se convirtió de un «patito feo» en un médico investigador, ávido de comprender su sobrevivencia al encontrar personas que lo devolvieron amorosamente a la vida.
En su libro, «Los patitos feos», Cyrulink describe el proceso mediante el cual, un niño sobreviviente de una vida traumática, gracias a su flexibilidad de mente y espíritu, puede convertirse en un adulto pleno, que rescata inclusive un gran aprendizaje y fortaleza de su vivencia. Afirma que el segundo «golpe», es el que afianza el trauma originado por el sufrimiento del primero.
Así, quienes han sufrido en su niñez maltrato, menosprecio, insultos o en casos extremos, han sobrevivido a guerras, abusos y torturas, pueden rescatarse para lograr una vida llena de perdón, bondad y crecimiento.
Irse de viaje
Pero de repente nos damos cuenta de que esas maletas están más pesadas que al inicio, porque se colaron las nostalgias, los resentimientos, las malas actitudes, nuestros eternos errores, de los que culpamos a los demás… Una y otra vez repetimos la historia, ante distintas caras, en distintos contextos, mientras encontramos risas ajenas, felicidad foránea.
Y despertamos un día con ganas de salir de viaje… nuevamente.Escapar, huir, poner tiempo, distancia, tierra de por medio. Huir… de nosotros mismos. Los sueños que dejamos de cumplir desaparecen… al imponer nuestras prioridades sobre las de otros, al asumir como propios los sueños de otros, al confundir lo verdaderamente valioso.
La costumbre al dolor, a la tristeza, a la frustración, a la inconformidad, esa sensación crónica de malestar, de vacío, es consecuencia de un autoengaño… ¡que resulta! ya no notamos que lo sentimos. Y vamos por la vida, viviendo, sólo viviendo, día a día, tratando de encontrar el sentido, el motivo, la fuerza porqué luchar.¿PORQUÉ CONFORMARSE CON LO QUE SEA, CON TAL DE NO EXPERIMENTAR SOLEDAD O CARENCIAS? DE COMPAÑÍA, ¿DE ESTATUS?… ¿cómo se le llama a eso? yo se una muy buena palabra.
El inicio del año representa una enorme oportunidad de cerrar ciclos, superar negatividades y retomar proyectos… también supone el motivo para hacerlo. ¿Lo haremos en realidad? ¿Evitar darle prioridad a lo que no vale la pena? ¿qué necesitas que suceda en tu vida para tocar fondo y decidir comenzar a vivir?
Exposición Ashes and Snow: Gregory Colbert
El Museo Nómada, es un mundo creado del imaginario de Gregory Colbert, donde no son los seres alados de la mística común quienes cuidan el sueño de niños… sino seres de carne y hueso, alados o no. Águilas, elefantes, leopardos, imponente su fuerza y tierna su actitud.
Ballenas y humanos se mezclan en danzas sincrónicas, en armonía perfecta. Los sonidos parecen salir de las imágenes en un lenguaje propio, anacrónico y la paz que emanan resulta paradójica, ante la enormidad de los animales.
Nada ahí parece forzado, como si siguiera una ruta que se desliza fácil, natural. Vivir en este imaginario parece posible… aún considerando que se encuentra montado enmedio de la caótica y hermosa ciudad de México.
Una pequeña muestra de este magnífico mundo en: http://www.ashesandsnow.org/en/portfolio/
El milagro de la fe
El desequilibrio que se hereda de una situación traumática, pone en evidencia el vacío que la vida rutinaria no llena, que la vida sin sentido ahonda…
Tarde o temprano hay que abandonar la racionalidad, para dejarse llevar por la intuición, por el sentimiento en lugar del pensamiento. El ser humano no es una máquina de hacer y pensar, el mundo no es solamente el físico, lo tangible. Tarde o temprano ese vacío interno emerge y se comienza la búsqueda… Se duda, se teme, porque las palabras, las razones no son suficientes, el raciocinio, las explicaciones, no cubren ese vacío.
El sentirse parte de algo más grande, de un todo, que tiene orden, que se manifiesta en cada pequeño detalle del universo, el permitirse reconocer que algo mueve los hilos y al mismo tiempo, da libre albedrío para decidir hacia dónde ir… libera. Da paz.. Sentir lo intangible del universo, sin llamarlo con algún nombre. Sentirse parte de él y confiar. Esa crisálida de la confianza, un día se convierte en fe.
El milagro de la fe es el primer milagro. El creer, el caminar a ciegas, el bloquear la parte del cerebro de esa insistente voz que dice que nada es verdad, que nada es posible, que no hay explicación ni posibilidades…. Ése es punto de partida de los milagros que podemos construir.
El pensamiento crea, la imaginación construye, todo cuanto vivimos, tuvo lugar alguna vez en un sueño.
El reciclaje de la vida
Mis convicciones tiene fecha de caducidad… Son relativas también. A mis circunstancias y experiencias. A veces una fecha de caducidad no implica que algo se ha echado a perder, sino que es materia de algo mejor.
¿Renovarse o morir? La sabiduría de la vida empuja a tomar las mejores decisiones, sin que lo sepamos. Y a veces renovamos, cuando creemos ingenuamente que hemos matado algo. Es el reciclaje de la vida.