Está obscuro. En silencio. Afuera la gente habla, corre, toma el autobús. Un señor compra el periódico y lo hojea en una banca del parque. Una niña pequeñita mira extasiada las burbujas de jabón que una chica forma al soplar a un pequeño aro que sumerge en un bote amarillo.
La vida corre con prisa, los estómagos vacíos y las preocupaciones cotidianas provocan muecas molestas… quizás tristes.
Una ráfaga de aire fuerte, durante una tormenta, me trajo aquí hace no mucho. Aunque de aquello no tengo gran recuerdo más que haber llegado botando y girando.
Dentro, yo espero, no se qué. Sólo espero. A veces siento el calor del sol en la mañana. A veces escucho la lluvia caer en la tierra y me da nostalgia.
Ansío mirar eso de lo que he escuchado hablar. Crecer, sentir el olor de la tierra húmeda al despertar, dar la cara a la luna y cantarle. Aunque se que cuando lo haga, no podré volver a girar libre en el viento.