El lienzo en blanco donde se pintaron una vez mis sueños está en restauración.
La pintura perdida al desprenderse aquellos olvidados, recibe el trato de manos delicadas que la restituyen, atenuando los azules y verdes en mis nostalgias y avivando los naranjas y violetas de mis risas.
Mis motivos, en su inquieto tono rojizo, al mirarse desgastados, se retocan a sí mismos sin planearlo. Los mares turquesa se revuelven entre recuerdos y futuros aún no vividos.
Esa artesana que es la vida parcha los trozos rotos una vez por accidentes y desánimos. Matiza olores y sonidos, rostros.
Ahnelando correr la tela para mirar mis sueños restaurados, espero.