…más de treinta mil razones que elegiste para mí
redondas y locas razones abandonadas un miércoles lluvioso
grabados tu nombre, el mío y un agosto
y tiempo después con el miedo escondido en los ojos
más de treinta mil razones para no olvidar
que ni una sola de ellas puede regresarte
la risa, mi sueño, tu anhelo, a Maya. El tiempo.