En el espacio en el que vivía la sonrisa en su cara hay nada. La nada.
Opaco, desierto en donde se pierde su mirada.
Los ojos sin habla, sus pasos en calma. Quizá calma, quizás nada.
Camina en su nostalgia. Los brazos se alargan, las venas inflamadas la llaman.
Me encanta.
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