Como siempre, dejo una parte de mi cuando me voy. Esta vez a más de quince mil kilómetros de distancia, literalmente, un mundo distinto.
Distinta forma de vivir, de creer. De aceptar. Y sin embargo, estamos hechos de lo mismo.
Lo que es definitivo, es que cuando uno regresa, no regresa igual, o aún más: «el que se va no vuelve, aunque regrese».
«Aquel otro»
José Emilio Pacheco
Hoy vino a verme el que no fui
Aquel otro
Ya para siempre inexistencia pura,
Ardid verbal para el hubiera sido,
Forma atenuada de decir no fue
Ahora lo entiendo:
Quien no fui ha triunfado,
La realidad no lo manchó, no tuvo
Que adaptarse a la eterna sordidez,
Jamás capituló ni vendió su alma
Por una onza de supervivencia.
El que no fui se fue como si nada.
Ya nunca volverá, ya es imposible.
El que se va no vuelve,
aunque regrese.