Mi desvarío, Poesía

La pluma dormida I

Durante meses mi pluma ha estado dormida. Acampa, fuera del  corazón, frente a una fogata que alimenta de días azules, de horas cuadradas. Todos instantes.

Espera paciente una luz por donde colarse, pero no. Nada. Y las nubes  minutos pasan. Grises, más grises que nada.

Duerme casi todo el tiempo, atesorando en su tinta palabras, que a momentos revisa y limpia, y pule y desmancha.

Mi pluma dormita desde hace meses, aferrada a momentos, que esperan latentes que despierte. Y caras, colores, miradas, notas y cantos y ojos y letras.

A su lado reposan pedazos de historias inacabadas. Nunca una historia está terminada.

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