Mi desvarío

Instalación

El sonido repetitivo se escabulle en el aire. Una y otra y otra vez. Sólo dos notas de un instrumento de cuerda. Un poco hipnótico y al paso de los minutos, perturbador.

Él está sentado en una silla metálica, porta uniforme azul. Levanta la cabeza cuando alguien, de vez en cuando, cruza el umbral de la entrada. Sus manos juguetean una hoja de papel doblada.

Entro curiosa y observo una a una las fotografías de piel con cicatrices, leo con mayor atención las notas escritas a máquina que describen la imagen. Historias de persecución. Un par de imágenes en blanco y negro, copias de radiografías. Un frasco al medio, en un líquido transparente que contiene una bola de cabellos castaño claro.

Me asomo a un pequeño espacio que está a obscuras, tres televisores, el del medio con la imagen de una chica llorando poco, con más angustia que tristeza.

Me distraigo y lo observo. Sentado en la silla metálica, jugueteando con el papel que aparenta leer. Distingo algo parecido a pequeñas letras en color negro, mientras la hoja da otra voltereta.

El sonido, con sus dos eternas notas continúa. Pasan los minutos y él ha olvidado que yo estoy ahí, de pie, al umbral de la entrada del pequeño cuarto a obscuras. Observo transcurrir su vida. Él se ha convertido en parte de la instalación; así como yo observándolo.

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