Tomé el libro al azar. Fue un regalo de cumpleaños hace un par de años, dos libros de la misma autora. Esperaba un rato de agradable lectura antes de dormir, pero no fue así. El primer relato me pareció una de las pesadillas que tuve recientemente por la fiebre causada por una infección. Pensé dejar la lectura al menos tres veces, pero sospechaba que finalmente acabaría por meterme en la lectura. Y así fue. Una vez que se comprende el ritmo al pasar la primera página de frases extremadamente cortas y pesadas y ese primer relato, quizá el más denso y oscuro, uno entra en el contexto.
«En tierras bajas» de Herta Müller encierra historias desde la perspectiva de una niña en una comunidad suaba. A través de escenas cotidianas describe las costumbres y la forma de vida en su entorno, desde una ingenuidad aplastante por franca. La autora retrata en palabras infantiles el mundo incomprensible de una niña que asimila a su manera la vida, entretejiendo en ella sus propias pesadillas, en forma tal que sueño y realidad se funden.
Así, suceden las escenas de alcoholismo del padre y el machismo que impera; el enfrentamiento de la niña con la muerte, con los muertos, con el duelo, con el dolor que produce la muerte, las sensaciones que le produce todavía mayores por la muerte de los animales que su familia cría; la educación familiar autoritaria y violenta; el estado anímico de cada personaje a través de sus ojos ingenuos; la vida quieta y rutinaria, los olores, los colores, los sabores, los ruidos, descritos tan minuciosamente que sobrepasan la lectura. Ninguna clase de ternura infantil, simplemente crudeza e incomprensión ante las decisiones adultas, una mirada escrutadora y obsesiva, describe tajante la vida de los adultos que la rodean.
Éste, el primer libro de la autora, premio Nobel en 2009, no es un libro para pasar una tarde amena y tranquila, es un libro para trasladarse a esa realidad. Quizá también para regresar a los años pequeños, cuando todo es irónico, cuando desde la sabiduría de niño tanto parece tan evidentemente absurdo.